Todas las cofradías intelectuales y las sociedades secretas aspiran a contribuir en la creación de un mundo donde no exista el mal en forma alguna. En donde todos los humanos - como en una colmena gigante- trabajen felices, con la alegría y el amor de verdaderos hermanos.
Un mundo en que la sabiduría milenaria, y la ciencia y la técnica en niveles muy elevados, logren eliminar la contaminación, la delincuencia, la insatisfacción, las enfermedades, la intolerancia, la falta de respeto, todas las pasiones comunes, todos los elementos de discordia o división.
Un mundo en donde no existen ni fronteras, ni credos divergentes, ni mezquinos intereses económicos susceptibles de enfrentarnos y enemistarnos.
Que las conciencias estén reguladas por creencias o conocimientos superiores, sin dogmas absurdos o caprichosos; creencias nacidas del conocimiento profundo del Cosmos, de la Vida y de la Eternidad; no impuestas con palabras y amenazas sino demostrada con el conocimiento científico de las grandes verdades espirituales y cósmicas, y obediente, a principios incuestionables.
Un mundo guiado, políticamente, por un conjunto de sabios y poderosos Maestros, preparados a través de una larga evolución para su papel de conductores y de padres de los pueblos.
Un lugar donde a nadie le hace falta nada para ser feliz; en que todo se produce para la satisfacción de todos, a través de sistemas en que cada cual desempeña su misión con el más completo conocimiento y dentro del más depurado concepto de la mutua ayuda y de la reciproca correspondencia.
Entonces, las sociedades secretas son enemigas de los tiranos, ejecutores de particulares y encubiertos intereses; son enemigas de los avaros comerciantes, ávidos por llenar sus arcas a costa del sufrimiento, de la explotación y del engaño de otros; enemigos de los falsos apóstoles ambiciosos, hipócritas y muchas veces crueles; enemigas de los ignorantes, infatuados por un leve barniz de infantiles conocimientos que, en alardes de orgullo y vanidad, se pavonean como los únicos definidores de la Verdad y la Vida...
Las sociedades secretas nacen y se desarrollan movidas por el horror del panorama de este mundo, habitado en su mayor parte por seres en la más triste condición de vida, material y moral, explotados inicuamente para acumular riquezas en beneficio de pequeños grupos de pulpos humanos,.. y poblado igualmente, por una heterogénea multitud en que los bajos instintos, desbocándose continuamente, los llevan a cometer las acciones más abyectas, los más viles engaños, las traiciones más ruines, los abusos más crueles y los más abominables crímenes...
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