Benjamin Fulford afirma que Estados Unidos puede provocar terremotos en cualquier parte del mundo, o cambiar la dirección de las tormentas tropicales, gracias a esa arma militar llamada HAARP.
Muchos de elllos culparon a este programa, financiado por el ejército estadounidense y la Universidad de Alaska, de provocar catástrofes de dimensiones bíblicas tales como inundaciones masivas, sequías devastadoras, tornados, huracanes e incluso terremotos.
HAARP es el acrónimo inglés del Programa de Investigación de Auroras Activas de Alta Frecuencia (High-Frequency Active Auroral Research Program). Se trata de una instalación ubicada cerca de Gakona (Alaska) que inició su actividad en 1990, y consiste en un transmisor de alta potencia (3.600 kilowatios) que se emplea para excitar de forma temporal un área limitada de la ionosfera, y en un grupo de instrumentos muy sofisticados (entre los que destacan 180 antenas) diseñados para observar los procesos físicos que suceden en la región excitada.
Capas de la atmósfera:
Obviamente, esa región excitada es muy limitada y se ha ubicado tan al norte, porque las auroras boreales se ven únicamente cerca de los Polos, y Alaska cumple esa exigencia.
Pero, ¿porqué se originó tal paranoia respecto a la tecnología?
En primer lugar, la culpa la tuvieron ciertas salvajadas nucleares realizadas por el ejército estadounidense en plena guerra fría (explosión nuclear de 1962).
Por si fuera poco, en 1987 un extraño personaje llamado doctor Bernard J. Eastlund, presentó la absurda patente estadounidense nº4.686.605, que intentaba hacer uso de cierta tecnología creada supuestamente por Tesla para alterar los campos energéticos de la Tierra.
Además, a mediados de la década de los 90, el dirigente ruso Vladimir Puttin acusó a los Estados Unidos de poder usar las antenas de la instalación como armamento. El parlamento ruso llegó incluso a elaborar un comunicado en 2002 acusando a la antigua potencia enemiga de “crear nuevas armas integrales de carácter geofísico que pueden influir en la tropósfera con ondas de radio de baja frecuencia”.
¿HAARP puede provocar cambios en el clima, sí o no?
Según la web oficial: “las instalaciones de HAARP no afectan al clima.
La energía y el rango de las frecuencias transmitidas desde el HAARP son absorbidas de forma apenas perceptible tanto por la troposfera como por la estratosfera (las dos capas de la atmósfera que producen el clima en la Tierra) ya que están dirigidas a la ionosfera (o termosfera) capa ubicada muy por encima de las dos anteriormente mencionadas.”
Debido a la distancia entre la ionosfera y la estratosfera/troposfera, no se conocen variaciones en las dos últimas provocadas por fenómenos (naturales o artificiales) que tengan lugar en la ionosfera.
De hecho, las auroras boreales, provocadas por las tormentas geomagnéticas al golpear el escudo magnético protector de la Tierra (o magnetosfera), no afectan al clima en la superficie de la Tierra.
Así que si los innuit cazan morsas bajo las verdosas luces del Norte en la noche polar sin verse barridos por extraños huracanes naturales, poco podrán hacer los científicos del HAARP para lanzar terremotos devastadores.
La explicación de los terremotos y consiguientes maremotos o tsunamis viene de algo mucho más sencillo: la tectónica de placas.
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