Para todo delito hay un motivo; una razón.
El pequeño grupo de aprovechados pretende conservar sus privilegios.
¿Cuándo comenzó esto?
Tal vez tímidamente, cuando alguien se dió cuenta que era posible sacar provecho de las mentiras.
Seguro que comenzaron con mentiras pequeñas, hasta advertir que si la mentira era institucionalizada la cosa iba a ser mucho más fácil y contundente, y los beneficios mucho mayores.
Entonces institucionalizaron la mentira; la hicieron 'oficial'.
La mentira se difunde a partir de la "palabra", solemne, dicha con altisonancia, rubricada por las leyes y justificada por los libros.
Desde el fondo de los siglos la mentira, como una bola de nieve, se agranda y gana en fuerza y velocidad.
Ahora ya es una avalancha aplastante.
Durante prolongados períodos de tiempo hubo que defenderla con las armas y el terror.
Hoy en día ya ni eso hace falta; la gente no sólo incorporó el miedo y la prudencia sino que no sabría detectar dónde está la verdad; cuál es. Por muy honestas que sean sus intenciones es intelectualmente incapaz de reconocer la verdad ni aún cuando la ve.
En general la gente que pretende mantenerse pura y no contaminada se aisla, se bloquea.
El propio Sistema es desde hace muchos siglos, milenios, el gran corruptor.
No fue siempre así.
El origen del "mal", de la mentira y la corrupción, parece haber sido Medio Oriente.
Desde el momento en que se pretendió homogeneizar la religión, imponer imperios, tener el poder y el control sobre todo, empezó la carcoma en el mundo.
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